miércoles, 13 de agosto de 2008

Propuesta Espacial

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LA PROPUESTA ARQUITECTONICA


A partir del análisis arquitectónico en todas sus áreas de desarrollo (espacial, funcional, perceptual y formal), podemos llegar a una definición de lo estudiado y por ende una visión personal de ello ya que el análisis permite traer a la luz aquellos aspectos que, por medio de la percepción, se nos hacen presentes.


El análisis en sí sólo aportará los elementos fundamentales de aquello estudiado, pero no hay aporte en ello, es decir, lo estudiado no es cuestionado sino que entendido. Nos acerca a la esencia y lo propio. Por ello no corresponde en él hacer juicios críticos o de valor , diagnósticos o evaluaciones de situaciones supuestas.


Así, el análisis nos lleva al desarrollo de una SINTESIS.

La síntesis es el “filtro” de toda la información recopilada a través del proceso previo y es aquí donde aparece con mayor claridad aquello que nos es más relevante y que deseamos jerarquizar. Es la “visión” personal.

Con esta particular mirada es que podemos llegar a las ideas o la idea que nos acerca a lo propio. Aquella idea que cualifica lo estudiado. Que lo hace único e irrepetible ante nuestros sentidos.

Esta idea que perseguimos es una idea arquitectónica. Es una idea que relaciona al hombre con el espacio. Es la vida.
Esta idea será nuestro norte. Será aquello que nos permitirá proponer.


La Propuesta Arquitectónica es una propuesta teórico-espacial, es decir, es una propuesta que trae implícita una intención espacial. No es forma ni es un propósito. Es una intención. Es un objetivo espacial.


Por ello, esa idea espacial previa que nace de la visión personal nos da los elementos necesarios para acercarnos a la propuesta. Elementos que también corresponden al campo espacial.


La propuesta será la expresión primigenia del proyecto. El manifiesto teórico personal que nos acercará a la forma. Forma que nacerá de la exploración en el área del diseño, sin olvidar la idea que la propuesta espacial ha definido.


La propuesta, por ser teórica, por si sola es una instancia de reflexión. Podría definir infinitas maneras de ser resueltas en el espacio, pero es el análisis el que determina, a través de la visión personal, aquella forma correcta de resolver la propuesta.


La coherencia entre análisis, síntesis y propuesta es lógica y necesaria.


La propuesta genera propósitos espaciales.

Los propósitos son metas a alcanzar. Son situaciones que se generarán a partir de la propuesta. Así, tendremos propósitos que se pueden desarrollar tanto en el ámbito espacial como funcional; formal e incluso perceptual. Fácil es confundir el propósito espacial con la propuesta espacial, pero ambos son parte de etapas independientes.
No podrán haber propósitos sin propuesta.

Los propósitos nos llevarán a la definición del tema, es decir la expresión de la función. Pero ello no basta con la definición de una tipología arquitectónica (cafetería, restaurante, vivienda, iglesia,etc) sino que más bien corresponde a la definición del programa arquitectónico. Aquello que redefine a la tipología. Es la definición de áreas o recintos involucrados en la propuesta y que darán cabida a las diversas actividades albergadas en los espacios que se proyectarán.


Si bien, cada vez nos acercamos más a lo tectónico de la obra, lo espacial, la espacialidad de la obra, seguirá siendo nuestra principal preocupación y punto de mayor énfasis ya que es en él donde podemos aplicar con mayor claridad nuestra experiencia.

Modelar el espacio es lo que se manifiesta en la propuesta, más que la forma u otro aspecto del proyecto.

La manifestación espacial de la propuesta es el Modelo de Intenciones Espaciales.

En esta parte del proceso se podrá definir el emplazamiento de la obra y sus relaciones espaciales tanto con el lugar como entre las partes del nuevo espacio propuesto.

El modelo de intenciones determina más que la forma definitiva del proyecto, la manera en que se relacionan los espacios. Es la definición de su estructura espacial.

El modelo de intenciones se implanta en el terreno real, por lo que las proporciones de éste serán más cercanas a lo vivencial espacial que al modelo abstracto. Aún no aparecerán los elementos constructivos, ni puertas ni ventanas.

Posterior a ello nace el ante-proyecto.



CASO DE ESTUDIO :


Para clarificar estas ideas, he tomado un caso particular de un ejemplar de la colección El Croquis.


Centro de Servicios Sociales. / Madrid, España,Concurso restringido.
Arquitectos : Federico Soriano y Dolores Palacios.

“Vamos a ser radicales porque vamos a ir a la raiz del problema y de ella extraeremos las reglas. Leeremos esas condiciones que están ocultas, porque de ellas aparecerán directamente las formas. Hemos comenzado por buscar cuál es el volumen “Ninja” de este patio, esto es, el espacio que existe pero que nadie ve.

∗ (Primera manifestación de la Propuesta teórico-espacial)


Una pieza invisible. El máximo volumen que desde las ventanas no oculte las vistas actuales y que tampoco arroje sombras sobre ellas. Desde cada habitación, en una posición normal, nuestra pieza no taparía la vista del cielo, y el dibujo de los rayos del sol se mantendría como hasta ahora.

∗ (Primera manifestación de los Propósitos)

Hemos trazado, desde una determinada posición en cada ventana, los trazados visuales que han ido cortando y modelando el sólido infinito que ocupa todo el solar disponible. Es una pieza que está ocupando el ángulo muerto del espacio. Después hemos buscado las zonas que siempre reciben el sol a lo largo de todo el año y hemos dejado que esa mancha taladre el volumen encontrado. Será un patio constantemente iluminado.


Pero si es un volumen invisible, si no es un edificio, sino una arquitectura, una arquitectura abstracta, entonces puede tomar un forma cualquiera. Por ejemplo, la forma de un jardín, de un invernadero. Un invernadero inverso, donde la vegetación y lo natural están afuera, protegiéndonos.

∗ (Primera manifestación de la Proposición)

Pensamos que las diversas paredes del conjunto, deplegadas, formarían un jardín virtual. Es un parque público, con sus diversas especies, los caminos, las láminas de agua. Ese plano, en efecto mapping, aplicado sobre el volumen “Ninja”, otorgará a cada plano una especie vegetal y un carácter. Así aparecen muros de bambú, plantas trepadoras, cubiertas de césped, láminas de vidrio azul reflectante …


El volumen “Ninja” se ha disfrazado de parque. Es un invernadero invertido donde la vegetación está afuera. ∗ (Cierre de la manifestación de la Propuesta teórico-espacial al unir los elementos antes propuestos)


∗ (A continuación se describe la manera en que se organizan los espacios, como parte de la Proposición)

El espacio se organiza en tres franjas que cortan transversalmente el volumen y responden a los tres grupos de espacios públicos adecuados a las Unidades de Trabajo Social. Estas son : la Unidad de Trabajo Social de Zona y Unidad de Programas; en segundo lugar, la Zona de Trabajo Social de primera Atención y Zonas Públicas de Uso; y en tercer lugar, la unidad Administrativa y Dirección del Centro. Los dos primeros espacios en planta baja corresponden a las zonas de vestíbulos, de espera y conexión vertical de ambos programas. La tercera se desarrolla en una sola planta. Cada una de ellas podría funcionar independientemente al habérselas dotado de accesos propios, aunque hemos dispuesto un espacio de vestíbulo común. En cada una de estas bandas se disponen los despachos y salas de reunión específicos. Entre las bandas se colocan los espacios y salas de reunión que pueden ser compartidos o son de uso común a las dos zonas.

Medioambientalmente las piezas se comportan aprovechando las condiciones que la vegetación y el doble muro aislante aportan. La correcta selección de las especies podrá permitir abrir o cerrar las superficies expuestas a la temperatura y condiciones exteriores, para recoger o rechazar el calor o la iluminación. Por otro lado, la doble piel podría funcionar como un colchón térmico que incluso pudiese conservar el calor, dando estabilidad térmica a la pieza.”



El Croquis, Nº 119, Sistemas de Trabajo, Pag.32-35


Bibliografía recomendada:

La Vida Secreta de los Edificios, Gavin Macrae-Gibson. Editorial Nerea.

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